Luego de más de una década de restauración, finalmente fue reabierto el acceso al turismo a la pirámide de Kefrén, la segunda de mayor tamaño dentro de la necrópolis de Guiza, en Egipto.
También conocido como pirámide de Jafra, este monumento fue construido como tumba para el faraón Kefrén de la IV dinastía del antiguo Egipto, con altura de unos 136 metros.
En principio es la primera de seis nuevas tumbas que se prevé reabrir en un futuro próximo.
De algún modo, la recuperación de las pirámides y su apertura al público en forma completa es uno de los modos en que Egipto busca reabrir la industria del turismo, que fue muy golpeada luego de los violentos conflictos políticos ocurridos durante el año pasado.
Ésta no ha sido la primera vez que las pirámides cerraron por motivos de restauración.
Durante la década de 1990, un plan de gestión de los lugares arqueológicos dictaminó que el excesivo número de visitantes recibidos por Guiza había provocado que los niveles de humedad en el interior de las cámaras mortuorias se elevasen hasta el 80%. Dicha investigación descubrió que cada visitante que entra en la pirámide libera unos 20 gramos de vapor de agua a través del sudor, causando daños en el yeso y las paredes.
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