Durante seis semanas excavarán y estudiarán en el yacimiento los niveles más antiguos de la tumba más grande de la región, donde fue enterrado un noble que vivió hace más de 3.800 años y cuyo nombre se desconoce.
En los planes del equipo se encuentra la investigación de dos pozos funerarios que darán acceso a cámaras funerarias, la conservación de un sarcófago bellamente decorado con jeroglíficos y el análisis de las momias descubiertas hasta el momento.
Jiménez espera recibir en los próximos días la autorización por parte del Ministerio de Antigüedades de Egipto para poder dar a conocer un primer descubrimiento "que revolucionará la visión del movimiento de personas en África en la antigüedad".
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