Hace un año se descubría una antigua cisterna de agua de 265 años de antigüedad durante los trabajos de restauración de la Mezquita de Nuruosmaniye, construída en 1755 en el centro de la península histórica de Estambul y considerada como uno de los mejores ejemplos del estilo denominado “barroco otomano”.
Ahora, aquellos cansados de esperar largas colas para acceder a la famosa Cisterna Basílica situada junto al Museo de Santa Sofía en Sultanahmet, podrían tener una alternativa si se cumplen los planes para abrir este lugar al público una vez completados los trabajos de restauración en la mezquita, situada junto al Gran Bazar de Estambul.
“Hemos retirado el equivalente a 420 camiones de limo de la cisterna. Después de eso la magnífica galería, la cisterna y el pozo de agua quedaron a la vista. Los otomanos usaron un moderno sistema de acuerdo a los actuales estándares para terremotos. La cisterna es realmente magnífica, es muy especial”, declaraba a la agencia Anatolia el director provincial de la Agencia General de las Fundaciones, İbrahim Özekinci, destacando que todas las aguas de los alrededores confluyen en esta cisterna y que el sistema aún sigue funcionando.
Se cuenta que todos los escombros y restos procedentes de la restauración del Gran Bazar fueron arrojados a esta cisterna, que incluye 19 secciones en un área de 2.242 metros cuadrados con habitaciones, galerías y distintos estancias.
Año y medio después de su descubrimiento, los trabajos de restauración en la cisterna de Nuruosmaniye están a punto de ser completados y la estructura podría ser abierta al público en cuestión de meses. Con un coste final estimado en más de 7 millones de euros, las obras de restauración de la mezquita de Nuruosmaniye se iniciaron en 2010 y se concluyeron el año pasado, y fue gracias a ellas que se localizó la cisterna bajo su subsuelo.
Según Özekinci se están llevando a cabo conversaciones para poder convertir esta cisterna en un museo, pero hasta entonces la idea es que la gente pueda visitarla habilitando unas estructuras metálicas al efecto. Ubicada entre la mezquita y sus cimientos, se puede acceder a ella a través de una pequeña puerta situada en el patio del templo, y sus descubridores aseguran que posee una arquitectura y una atmósfera impresionantes.
fuente: http://www.hispanatolia.com
Ahora, aquellos cansados de esperar largas colas para acceder a la famosa Cisterna Basílica situada junto al Museo de Santa Sofía en Sultanahmet, podrían tener una alternativa si se cumplen los planes para abrir este lugar al público una vez completados los trabajos de restauración en la mezquita, situada junto al Gran Bazar de Estambul.
“Hemos retirado el equivalente a 420 camiones de limo de la cisterna. Después de eso la magnífica galería, la cisterna y el pozo de agua quedaron a la vista. Los otomanos usaron un moderno sistema de acuerdo a los actuales estándares para terremotos. La cisterna es realmente magnífica, es muy especial”, declaraba a la agencia Anatolia el director provincial de la Agencia General de las Fundaciones, İbrahim Özekinci, destacando que todas las aguas de los alrededores confluyen en esta cisterna y que el sistema aún sigue funcionando.
Se cuenta que todos los escombros y restos procedentes de la restauración del Gran Bazar fueron arrojados a esta cisterna, que incluye 19 secciones en un área de 2.242 metros cuadrados con habitaciones, galerías y distintos estancias.
Año y medio después de su descubrimiento, los trabajos de restauración en la cisterna de Nuruosmaniye están a punto de ser completados y la estructura podría ser abierta al público en cuestión de meses. Con un coste final estimado en más de 7 millones de euros, las obras de restauración de la mezquita de Nuruosmaniye se iniciaron en 2010 y se concluyeron el año pasado, y fue gracias a ellas que se localizó la cisterna bajo su subsuelo.
Según Özekinci se están llevando a cabo conversaciones para poder convertir esta cisterna en un museo, pero hasta entonces la idea es que la gente pueda visitarla habilitando unas estructuras metálicas al efecto. Ubicada entre la mezquita y sus cimientos, se puede acceder a ella a través de una pequeña puerta situada en el patio del templo, y sus descubridores aseguran que posee una arquitectura y una atmósfera impresionantes.
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