martes, 14 de mayo de 2013

Egiptólogos catalanes encuentran una esfinge y millares de peces sagrados.

Remover la arena del desierto y encontrarse con la enigmática sonrisa de una esfinge es la grata sorpresa que la misión arqueológica de Oxirrinco, impulsada por la Societat Catalana d'Egiptologia (SCE) y la Universitat de Barcelona (UB), se ha llevado esta última campaña de excavaciones en la antigua ciudad faraónica. Y no se trata de una sonrisa cualquiera, “recuerda al periodo saíta”, puntualiza el director de la excavación, el catedrático Josep Padró, para referirse a esa última dinastía de reyes nativos que gobernaron Egipto con cierta gloria antes de la invasión persa.

La suerte no ha dejado de sonreír al equipo de egiptólogos catalanes esta temporada. La esfinge no ha aparecido íntegra, le faltaba la parte trasera. Pero por casualidades del destino, encajaba a la perfección con un fragmento hallado en 2008 y que permanecía esperando su momento en el almacén de la misión. “Pensamos en su día que debería pertenecer a la figura de un león”, algo lógico teniendo en cuenta que las esfinges suelen tener cuerpo de león reclinado con rostro humano. “Podría ser la cabeza de un faraón, pero no hay ninguna inscripción y nos quedamos con las ganas de saberlo”, explica el egiptólogo. Está elaborada con piedra calcárea de “buena calidad” y “muy bien trabajada”, detalla.

Las esfinges, denominadas por los antiguos egipcios Sheps-anj, lo que significa estatua viviente, no solo represenaban fuerza y realeza, sino también la vida después de la muerte. La de Oxirrinco se ha localizado en un área de la excavación donde además se ha hallado una escalinata monumental. “Normalmente cuando encontramos escaleras van hacia abajo, pero estas suben”, ironiza Padró. “Pensamos que puede ser un acceso monumental a la necrópolis”. Delante se ha descubierto un podio “donde podría haberse colocado la esfinge”.

Para el catedrático, todo este área podría corresponder a un recinto sagrado. “Encima de la escalinata había una capilla copta que, después de recuperar sus pinturas, se ha retirado para seguir con la excavación, lo que significa que era un espacio sagrado cristianizado”. Además, los entierros posteriores de época romana respetaron la zona y justo aquí es donde se han descubierto dos grandes depósitos votivos con millares y millares de peces.

Al final de la pasada campaña, empezaron a aparecer los restos de los peces, pero este año han surgido por millares y en dos fosos diferentes. “No son representaciones pintadas o estatuillas de bronce, son peces de verdad, algunos con restos de momificación”. El arqueozoólogo Wim Van Neer de la Universidad de Bruselas y especialista en fauna del río del antiguo Egipto ha determinado que el 96% de los ejemplares enterrados son oxirrincos, símbolo de la diosa Tueris que se veneraba en la ciudad y que por eso lleva su nombre. “Son animales sagrados que responden a la costumbre del Egipto del periodo tardío de venerar y momificar a los animales que simbolizan a los dioses”. Hasta ahora, era habitual encontrar depósitos sagrados de especies como cocodrilos o ibis “pero no se conocía ninguno con peces”, explica Padró.

En este mismo lugar se ha recuperado también un pozo de piedra “muy bien construido que baja a cuatro metros hasta el nivel freático”. “Podría ser perfectamente un nilómetro para medir las crecidas del Nilo”, aventura Padró, una construcción que suele formar parte de los templos. Por todo ello, los egiptólogos consideran que en este espacio podría haber “un santuario dedicado a la diosa Tueris”.


Cripta monumental
En otra zona de excavación, la que corresponde a una vía monumental porticada que cruza toda la ciudad, se ha descubierto una cripta derruida con cinco capas de pintura, la última de la época copta. “Seguramente se colapsó en la antigüedad y su aspecto es similar a las obras de un metro que hubiera debajo de la calle”, bromea Padró. “Su derrumbe arrastró columnas y capiteles de los pórticos” que podrán ser reconstruidos porque se encuentran bastante enteros. De hecho, ha surgido una columna íntegra que mide 4,80 metros. “Ahora sabemos las dimensiones de la calle, pero no la función de la cripta, ya que es muy inestable y no hemos podido excavarla”. El egiptólogo explica que ya tienen deberes para el año que viene: “pensar un sistema de medios técnicos para sacar todos los elementos arquitectónicos”.

Sin subvención del Gobierno
Este año la misión catalana de Oxirrinco no ha contado con la subvención de la Secretaría de Estado de Cultura, denegada a última hora por el Ministerio de Hacienda por pertenecer a una universidad cuya comunidad autónoma no ha cumplido con los objetivos de contención de déficit público, tal y como también les ha sucedido a una treintena de proyectos arqueológicos españoles. “Ha venido en nuestra ayuda la Universidad de Montpellier, que se ha sumado al apoyo de la UB y la SCE”, explica el director de la excavación. “No sé si vale la pena volver a pedir la subvención porque seguimos incumpliendo el objetivo de déficit y eso no es responsabilidad nuestra”. Con o sin apoyo estatal, la misión catalana de Oxirrinco tiene previsto arrancar la siguiente temporada en invierno de 2014 para poder dar respuesta a muchas preguntas surgidas este año, algo especial porque por primera vez “no han habido momias” pero sí muchos peces.

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