El Puente de los
Dragones es el monumento más identificativo de la capital de Eslovenia, Liubliana (Ljubljana en
esloveno), y, por lo tanto, una de las maravillas del país que no se pueden
dejar de visitar.
El río Ljubljanica, atravesado por el Puente de los Dragones.
El puente, que cruza sobre el río Ljubljanica, fue construido
en 1901 en honor al emperador Francisco Jose I de Austria por el arquitecto
Josef Melan. Sus formas y sus materiales delatan el estilo modernista y se considera
uno de las mejores obras del estilo de la Secesión de Viena. El puente fue el primero del
país en ser construido con hormigón armado, y muchos creyeron en su día que no
tardaría en caerse. Por suerte, aún sigue en pie sin problemas.
Cuatro dragones defienden el puente desde cada esquina y le
dan nombre a la construcción, aunque las malas lenguas también lo llaman “El
monumento a las suegras”. Por otro lado, estos cuatro no son los únicos
dragones que se ven en la ciudad, ya que el dragón es el símbolo de la ciudad.
Uno de los dragones del Puente.
Como todos los monumentos con encanto, el Puente de los
Dragones también tienen su leyenda. Se dice que cada vez que una virgen cruza
el puente, uno de los cuatro dragones agita la cola.
Sin embargo, hace bastante tiempo que nadie los ha visto
moverse.
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