miércoles, 21 de diciembre de 2011

Rusia, Egipto, Grecia y Rumania: Cuatro formas distintas de ver la Navidad


Con las festividades de Navidad tan cerca, vale la pena echar un vistazo a otras regiones para saber cómo se vive la fiesta, ya sea por curiosidad o para saber qué encontraremos allí cuando vayamos. 

RUSIA
Para celebrar que Rusia es nuestro  nuevo destino, comenzaremos con la tierra de los zares.
Curiosamente, en Rusia no se celebra la Navidad  el 25 de diciembre. Con la llegada de los comunistas al gobierno tras la Revolución de 1917, esta y otras celebraciones religiosas quedaron prohibidas. No fue hasta 72 años después que se empezó a contemplar la festividad de forma abierta y actualmente se celebra su versión ortodoxa según el calendario juliano, el 7 de enero. Sin embargo, los rusos sí que celebran Año Nuevo, que es una de las festividades más importantes de su calendario. Así que se puede decir que los rusos celebran antes Año Nuevo que Navidad.



A Papá Noel se le llama Ded Moroz, "abuelo frío", quien reparte las nieves y los regalos con la ayuda de su nieta.
En Rusia, existe también tradicionalmente la figura de Babushka. Se trata de una mujer que, según la leyenda, rehusó salir a ver al Niño Jesús por estar demasiado ocupada limpiando su casa y a causa del frío, por lo que cuando cogió un regalo y fue al portal de Belén ya era demasiado tarde, allí ya no quedaba nadie. Babushka aún anda por el mundo en busca del Niño y deja un regalo en la cabecera de la cama de los niños buenos porque, bueno, nunca se sabe.
Ded Moroz, el Papa Noel ruso.

EGIPTO
 En Egipto también se celebra la Navidad el 7 de enero, pero no por el calendario juliano, sino por su correspondencia con el 29 día mes del calendario copto kiohk. La fiesta se vive de una forma muy parecida aquí, pero los egipcios se alejan un poco del ambiente comercial que reina en occidente y ponen el acento en la solidaridad; los regalos y decoraciones se suelen comprar en mercadillos dedicados a la beneficencia.
Desde el 25 de diciembre al 7 de enero, se hace un ayuno que sólo excluye los alimentos de origen animal, que concluye con un festín en Navidad que incluye la fatta, un delicioso plato tradicional que tiene arroz y carne.

Arbol de Navidad en Al Bahr Al Ahmar, Egipto.

GRECIA
 El 24 de diciembre es típico en Grecia que los niños se levanten muy temprano esa mañana para ir de puerta en puerta cantando una especie de villancicos (calandas). Como recompensa por conservar esta costumbre que se remonta desde las calendas griegas, los niños reciben dulces y galletas tradicionales. Al día siguiente, el 25, los niños no reciben ningún regalo, sino que tienen que esperar al primer día del año a que venga San Basilio, el verdadero Papa Noel griego. Los griegos tienen árbol de Navidad, pero no forma parte de su tradición original. En realidad, se ponen maquetas de barcos de vela decorados especialmente para las fiestas. 

Barco navideño, llamado karavákia

RUMANIA
En esta región del centro de Europa se celebra de una forma muy similar a la del resto de occidente, pero ellos tienen dos días para recibir regalos. De hecho, a diciembre se le suele conocer allí como el mes de los regalos.
El primer día es el 6 de diciembre, en el que los niños dejan sus zapatos en la entrada para que Sant Nicolae deje sus regalos si se han portado bien. Sant Nicolae es un personaje antiguo y pagano, que trae en sus largas barbas la primera nevada del año y que lleva consigo una gran cantidad de leyendas. Más tarde, la religión Ortodoxa lo adaptó como el segundo Santo creado por Dios, al que acompañó en la creación del mundo.
El segundo día es el 25 de diciembre. Esta vez los regalos los trae Santa Clós, quien los deja debajo del árbol. Otra tradición curiosa es que en Rumania se dice que da mala suerte no recibir a los niños que cantan villancicos de puerta en puerta.

Árbol de Navidad en Bucarest, Rumania.

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