lunes, 11 de junio de 2012

Loy Krathong (ลอยกระทง)

Las antiguas creencias de Tailandia sostienen que hay espíritus superiores que residen en todas partes, en los ríos, los árboles y en las montañas. En Tailandia hay una gran cantidad de ritos desconocidos para los occidentales.

El Loy Krathong (ลอยกระทง) es uno de ellos. Es conocido como el Festival de las Luces y se trata de uno de los festivales más bonitos e impactantes del país.


Se celebra una noche de luna llena del duodécimo mes lunar del año tailandés (nuestro mes de noviembre) y consiste en arrojar al agua una especie de balsa hecha tradicionalmente con hojas de plátano o con la corteza del árbol platanero. Los tailandeses decoran a conciencia los krathongs (así es como se llaman las balsas) con hojas, flores, velas, barras de incienso, alimentos o monedas y los arrojan sobre las aguas de los ríos. Todo el ritual se acompaña de música, desfiles, bailes, fuegos artificiales. Así, los miles de krathongs con las velas encendidas producen un bonito espectáculo de luz y color.


Pero el significado de esta tradición tailandesa va más allá de lo estrictamente estético. Simboliza la purificación y renovación del espíritu. Significa el intento de deshacerse de los enfados y resentimientos para poder empezar una nueva vida, agradeciendo todo lo bueno de la vida. Por este motivo, se acostumbra a pedir un deseo antes de colocar el krathong en el agua. También representa una adoración de la diosa del agua por lo que se puede entender como un ritual de unión con los dioses y la naturaleza.

Las celebraciones del Loy Krathong se celebran en todo el país, pero Sukhothai o Chiang Mai son sitios especialmente mágicos para verlo por su entorno.


El Festival procede del reino de Sukhotai. Los historiadores opinan que el festival se parece a la tradición hindú que da gracias por la cosecha del año y por la abundancia de lluvias. De ahí que los campesinos y habitantes hayan creado este ritual para expresar su gratitud y augurios a los espíritus de las aguas. Asimismo, también cuenta la leyenda que una joven cortesana construyó los primeros krathongs en el siglo XIII y los lanzó al río. El rey quedó tan impresionado que ordenó que todos los súbditos debían hacerlo para dar gracias a los espíritus desde ese año en adelante.

Todo el mundo es bien recibido en esta celebración. Incluso animan a los visitantes a construir su propio krathong, observar como el agua del río de los lleva con sus deseos y hacerlos partícipes de esta bonita tradición.

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